domingo, enero 16, 2011

Lídice no queda en la carretera Panamericana

Pedro Estacio

Desde hace mucho tiempo, lo que evidencia que las fallas en la formación de los comunicadores sociales vienen desde, probablemente, muchos años, específicamente desde la década de los ochenta, apreciamos que una de las grandes carencias de muchos incompletos profesionales tiene que ver siempre con parte de ese desconocimiento que tienen de la realidad que les circunda, en pocas palabras, falta de información y, en consecuencia, falta de estudio, y, más grave, de lectura.

Desde entonces, uno ha observado el poco interés que han tenido muchos de ellos por la carrera que dicen haber estudiado, así como la poca responsabilidad de quienes ha competido velar por su formación.

En varias ocasiones nos comentaban que acudiésemos a la Escuela de Comunicación Social de la UCV a dar clases, pero siempre nos negamos, porque nos sentíamos más identificados con el hacer periodismo que con enseñar a otros.

En los medios de comunicación, es innegable, se aprende, pero es indudable que el descubrimiento del camino a transitar comienza con el aprendizaje de esas importantes primeras nociones que nos dieron nuestros profesores.

Una de las fallas de los comunicadores más visibles es la falta de lectura, sin olvidar que eso tiene que ver con su propia formación.

¡Tan fácil que es leer!

Todos los presuntos comunicadores –pensamos- deberían tener entre sus libros el del amigo y doble colega, pastoreño y periodista, Iván Padilla Bravo,”Caracas, sus esquinas: Imágenes y Anhelos”, porque como escribió Fruto Vivas en el prólogo del libro impreso en 1988, es una especie “…de paseo mágico dentro de un álbum de bellas imágenes guardado en un viejo desván”.

Pero no se trata en exclusiva de conocer los nombres de las esquinas de Caracas, sino ir más allá, entrar en la historia misma de esos lugares, de esos espacios, de esas esquinas y de lo que significaban y significan hoy día.

Estas líneas vienen a colación, cuando leímos en Últimas Noticias, en su sección “Date ahí”, el título de una gráfica que dice Un mes sin agua en Lídice y resuelta que la imagen, es de la panamericana y hasta se aprecia una cúpula que pensamos es la del Poliedro.

No es la primera vez que apreciamos este tipo de errores. Hay lectores, por ejemplo, que creen que el Hospital de Lídice está en esta localidad y es completamente falso. El hospital se llama “Jesús Yerena” y está situado en El Manicomio, a un lado de la Urb. Obrera Municipal Lídice.

Así y peor son los errores de los comunicadores desinformados.