jueves, abril 09, 2009

José Luis Ramos, El Educador.

Como parte del trabajo de armar o construir la historia de la Urb. Obrera Municipal Lídice, ponemos a la disposición de los vecinos y vecinas de esta populosa comunidad, la historia de José Luis Ramos, cuyo nombre lleva la escuela que esta ubicada en la calle Campo Elías, instalación educativa muy conocida por todos nosotros y muy fácil ubicar, pues se encuentra al lado de nuestro basurero.
Humanista, filólogo, crítico literario y periodista. Asimismo se desempeñó como educador y funcionario público. Aunque hay controversias con relación a la fecha de su nacimiento, los historiadores coinciden en afirmar que fue condiscípulo de Simón Bolívar, los Montilla, y los Ayala; probablemente en la escuela de primeras letras de Simón Rodríguez. Cursó estudios en la Real y Pontificia Universidad de Caracas, donde tuvo a Andrés Bello como condiscípulo. Entre febrero de 1805 y mayo de 1810 desempeñó el empleo de oficial primero de la Gobernación de Guayana, al frente de la cual estaba Felipe Inciarte. Desde mayo hasta septiembre de 1810 fue secretario de la Intendencia de Guayana. En junio de 1811, en Caracas, recibió el nombramiento de oficial en la Secretaría del Congreso, y para 1812 era vicesecretario del mismo cuerpo legislativo; cargo que desempeñó hasta agosto del mismo año, cuando Domingo de Monteverde entró en Caracas. Desde el 7 de agosto de 1813 hasta junio de 1814, Ramos ejerció como oficial primero de la Secretaría de Hacienda y Relaciones Exteriores.

Perdida la Segunda República, emigró a Saint Thomas, donde permaneció hasta el 14 de agosto de 1819, cuando regresó a la ciudad de Angostura. Allí cumplió las funciones siguientes: secretario privado de Francisco Antonio Zea (15.8-14.9.1819); secretario del Consejo de Administración de la Guerra (26.8-5.10.1819); oficial primero de la Secretaría del Interior y de Guerra (14.9-diciembre de 1819); redactor del Correo del Orinoco (octubre 1820-octubre 1821); secretario de la vicepresidencia de Venezuela (enero1820-1822). En noviembre de 1821 se hallaba en Caracas, donde actuó como redactor de la Gaceta de Caracas y luego del Iris de Venezuela, hasta octubre de 1822. Desde este año hasta 1825, fue secretario de la Intendencia de Venezuela. Tesorero-administrador de la aduana de Coro en 1827 y secretario de la Dirección del Tabaco, desde agosto de este año hasta agosto de 1831, cuando el jefe superior de Venezuela lo nombró oficial mayor de la Secretaría de Hacienda y Relaciones Exteriores. Al retirarse de la Renta del Tabaco escribió una Memoria acerca del ramo. Paralelamente con el ejercicio de sus funciones administrativas actuó como examinador en colegios, juez de imprenta, censor de teatro y crítico literario.

El 17 de julio de 1833, la Sociedad de la Concordia le nombró, en unión de José María Pelgrón, comisionado para formar los elementos de gramática castellana, aritmética, cosmografía y el reglamento interior para el gobierno de la escuela. El 1 de marzo de 1840, fue nombrado como uno de los examinadores de los candidatos a las cátedras de Literatura y de Gramática Castellana de la Universidad Central de Venezuela. Ejerció el cargo de oficial mayor de Hacienda y Relaciones Exteriores, hasta el 14 de septiembre de 1841 cuando presentó su renuncia. Durante estos 10 años, Ramos desempeñó, con carácter interino, las carteras de Hacienda y Relaciones Exteriores, Interior y Justicia, y Guerra y Marina, y entre 1839 y 1850 edita la revista literaria La Guirnalda. Se le considera como el fundador del periodismo literario en Venezuela. Los últimos años de su vida los pasó en una estancia que poseía cerca de Maiquetía, donde falleció. Sus restos yacen en el Panteón Nacional desde el 16 de agosto de 1889.
NOTA: la foto que acompaña esta reseña, es la mejor que pudimos conseguir, si UD. amigo lector tiene una foto que muestre mejores condiciones higiénicas alrededor de la Escuela José Luis Ramos, mucho le agradeceríamos que la enviara para publicarla.

1 comentario:

Anónimo dijo...

hola buen día, De verdad esa es la mejor foto de nuestra realidad caraqueña, algún día entenderan la importancia de clasificar la basura y reciclar y que los residuos que están en el asfalto traen fauna macrobiótica y microbiótica que dificilmente puede ser controlada y va en perjuicio de las comunidades